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To the Moon es una aventura gráfica indie con pinceladas de elementos de un rpg y puzzles desarrollada y publicada en 2011 por Freebird Games, compañía independiente directamente archiconocida por este título aunque haya creado otros no tan trascendentes para el público en general. Grosso modo, este título ha tomado notoriedad en el mercado indie gracias a su inolvidable historia y banda sonora.

La historia transcurre en algún lugar no nombrado en un tiempo futuro, donde, gracias a los avances científicos, la corporación Sigmund ha hecho posible no sólo navegar por los recuerdos de las personas, sino además poder cambiarlos. Entre los personajes principales de la trama del juego encontramos a los doctores Eva y Neil, investigadores de la compañía Sigmund, quienes reciben un encargo un tanto particular de un anciano en su lecho de muerte, Johnny, quien quiere morir habiendo recordado viajar a la luna, por motivos desconocidos. Nuestra misión bajo el control alternativo de ambos científicos consiste en abrirnos paso a través de los recuerdos de Johnny para hacer posible que a cierto punto de su vida haya viajado al satélite blanco.

Para ello, tendremos que hacer uso de una serie de Mementos, la materialización de nuestros recuerdos en objetos físicos, la mayoría con un cierto valor sentimental, que automáticamente nos hacen ver la primera vez que los vimos o cómo los conseguimos. Para que os hagáis una idea... ¿No guardáis en algún recóndito lugar de vuestra casa los juguetes de vuestra infancia? ¿Aquél trofeo en la vitrina polvorienta de cuando jugabais al tenis de pequeños? ¿El diploma de aquel día en que os graduasteis? ¿El álbum de fotos de vuestra boda? Jajaja, pero si los frikis no se casan, qué cosas tengo.

El juego utiliza un estilo narrativo bastante apropiado y no muy complejo que nos facilitará entender el paso de los personajes a lo largo del tiempo de forma regresiva, es decir, primero veremos el desenlace, después veremos la introducción. Además, el lenguaje utilizado a lo largo de las cuatro horas del juego es muy conciso y ciertamente sátiro en algunas ocasiones. Se ha notado de verdad el buen trabajo de los traductores al implicarse dentro de la historia.

Como podemos ver, el juego no destaca por su apartado técnico: ni bien tiene unos gráficos tanto más agradables de lo que el motor RPGMaker permite, ni la jugabilidad es el apartado que nos consiga evadir de la percepción de nuestro tiempo mientras jugamos. El núcleo conceptual de este juego es su historia y banda sonora, para nada se centra en deleitar nuestra vista ni dejarnos boquiabiertos con unos recursos gráficos contemporáneos. Simplemente, nos trata de detectar nuestras emociones a través de una historia tierna, con la que incluso nos podemos llegar a identificar. Quién pudiera encontrar a la mujer de su vida en el instituto, vivir en una casa al borde de un acantilado, hacer ciencia con recuerdos y emociones...

Puede llegar a entenderse que el punto flaco del juego es la falta de entretenimiento del jugador mientras transcurre la historia. ¡Si apenas es interactivo! Lo único que hacemos es movernos a lo largo y ancho de los escenarios terrenales y temporales, encontrar los mementos que nos piden, resolver los mismos tipos de puzzles y vuelta a empezar. No es otra cosa que el estilo escogido para presentar el juego, sin entrar en mayores subjetividades. Tiene su mérito si pensamos que un juego con unos mecanismos tan simples ha calado hondo en tantos jugadores.

La contextualización de la historia es otro cantar. Podemos encontrar personajes bastante bien definidos y relacionados, todo ello bien enlazado en una línea temporal consistente, con sorpresas y algún que otro cabo suelto que podría llegar a dar pie a una esperada secuela. Y todo ello a lomos de una banda sonora estupenda y que cubre sin apenas bucles la duración íntegra del juego.

Algunos dirán que la historia tiene componentes muy ñoños y tópicos. Pero no todo el juego es una telenovela colombiana. También tiene sus momentos de humor y guiños hacia el ámbito de la ciencia ficción y los rpgs clásicos.

To the Moon, ese juego que puede hacerte replantear tu vida, hará llorar al más machote, hará reflexionar al más necio y se grabará con fuerza en la mente más despistada. Lo último que el hombre pierde antes de morir son sus recuerdos. Los recuerdos nos definen, nos permiten rememorar nuestras vivencias más significativas. Pero también son la cicatriz incurable de aquello que mantenemos apartado en lo más profundo de nuestra mente.

Comentarios   

0 #2 Iván JMG 21-03-2014 14:42
En mi opinión todo en este juego está bien medido, dura lo justo para no aburrir de lo repetitivo de su mecánica, los puzzlez chorra le dan la dificultad justa para considerarlo un juego, la historia atrapa y eso nos hace perdonarle la cantidad de texto que toca leer, la música es sosa pero queda bien para el tipo de juego que es... en definitiva, muchas cosas bien hiladas crean una experiencia buena, me gustó y lo recomiendo.
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0 #1 Willy Wonka 21-03-2014 12:46
Tal vez juegue esta telenovela colombiana, le tengo ganas desde hace semanas, gracias por el aporte. MIS DIES
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